Eat&Diet

Lavar o no lavar el pollo, esa es la cuestión

TENGO QUE LAVAR EL POLLO ANTES DE COCINARLO? 

Seguramente la mayoría de las personas tendemos a lavar el pollo, ya sea entero o troceado, bajo el grifo antes de cocinarlo con el objetivo de quitar impurezas, porque ¿cómo voy a echar en la sartén, en la cazuela o meter en mi horno esa carne llena de bacterias?

Pues la realidad es que lavándolo solamente conseguimos incrementar el riesgo de toxiinfección alimentaria, ya que al poner la carne bajo el grifo, salpican gotas de agua que vehiculan bacterias, lo que hace que se propaguen por nuestra cocina, nuestra ropa, nuestros utensilios para cocinar…etcétera.

El mayor peligro de la carne de pollo reside en contagiarse con la bacteria Campylobacter que junto a Salmonella es uno de los microorganismos más implicados en toxiinfecciones en todo el mundo. La enfermedad que provoca es la campilobacteriosis que provoca una gastroenteritis aguda.

Entonces, ¿cómo prevengo el contagio de campilobacteriosis o salmonelosis si no puedo lavar el pollo antes de cocinarlo?

Para prevenir contagios es importante seguir unas buenas prácticas de manipulación que detallo a continuación:

-Cadena del frío: es muy importante refrigerar entre 0 y 4 grados centígrados el pollo una vez comprado hasta el momento de su elaboración.

-Descongelación: en el caso de haber congelado el pollo, lo descongelaremos siempre en refrigeración para su elaboración, nunca a temperatura ambiente y evitaremos el microondas ya que no descongela de manera uniforme.

-Evitar contaminaciones cruzadas: para ello, el pollo crudo o los materiales que hayan contactado con el pollo crudo, no contactarán con el pollo una vez cocinado. Para ello, lavaremos las manos después de tocar la carne cruda y utilizaremos diferentes cuchillos, tablas y recipientes para el pollo crudo y el pollo cocinado. En caso de no poder usar diferentes utensilios, los lavaremos bien antes de usarlos para el pollo cocinado.

-Tratamiento térmico: necesariamente el centro del producto debe alcanzar al menos 74,1 grados centígrados para asegurarnos la destrucción bacteriana. Todas las partes deben estar bien cocinadas para su consumo.

-Mantenimiento del producto una vez cocinado: Lo ideal es consumir inmediatamente después del cocinado y de no poder ser así, el pollo deberá mantenerse en caliente (por encima de 65 grados centígrados) o bien refrigerarlo hasta su consumo.

Siguiendo estas prácticas de higiene, evitaremos la mayoría de las enfermedades transmitidas por alimentos y recuerda que…

LA SALUD DE LOS COMENSALES ESTÁ EN LAS MANOS DE QUIÉNES COCINAN!

Nuria Méndez Junquera

Tecnólogo de alimentos

Crema de Champiñones

Ingredientes para cuatro personas:

  • 1 kg de champiñones.
  • 1/2 l de caldo de pollo.
  • 150 gr cebolla o cebolleta.
  • 30 cc de aceite de oliva.
  • Ajo.
  • Perejil.
  • Sal.

Preparación:

  1. Dora el ajo y la cebolla en el aceite.
  2. Pon los champiñones cortados en láminas y sofríelos durante unos 10 minutos
  3. Añade el caldo de pollo rectifica el punto de sal y deja hervir otros 30 minutos.
  4. Pásalo todo por la batidora
  5. Antes de servir espolvorea el perejil picado.

Lista de ingredientes de un alimento

La lista de ingredientes que componen los alimentos que compras es un buen indicador de su valor nutritivo. Aquí os dejamos algunos consejos fáciles para entenderlos:

  1. Los ingredientes se clasifican por cantidad. Los que aparecen primero son los que constituyen la mayor parte del alimento. Por ejemplo, si una crema de verduras declara en su etiqueta: agua, zanahoria, patata y sal, significa que el ingrediente mayoritario es el agua.
  2. Evita los alimentos que contengan muchos nombres complejos. Suelen ser los  conservantes y aditivos alimentarios.
  3. Divide la cantidad de azúcar presente en el alimento entre 4 para obtener su equivalencia en cucharillas de café. Por ejemplo 40gr de azúcar equivalen a 10 cucharillas de café.
  4. Evita los alimentos con alto contenido en Sodio (Sal).
  5. Consume alimentos que contengan el menor número de ingredientes posible. Cuanto más sencillo es e alimento, menos probabilidad tiene de contener azúcar, sal o materias grasas añadidos.
  6. Evita aquellos productos alimentarios que contengan aceite de palma o simplemente indiquen que contienen «aceites o grasas vegetales» sin detallar el origen. Seguramente serán de baja calidad.
  7. Evita alimentos que contengan demasiados ingredientes terminados en «-osa», como sacarosa, fructosa: se trata de azúcares.
  8. Evita los alimentos que contenga jarabe de maíz, que es rico en fructosa y por tanto en azúcar.
  9. Evita los alimentos que contengan grasas trans o saturadas.
  10. Ciertos alimentos muestran su valor nutritivo. De esta forma, puedes comparar fácilmente los aportes de calorías, lípidos, glúcidos y proteínas entre dos alimentos.
  11. La fecha de caducidad figura en los alimentos perecederos (carnes, pescados, productos lácteos, huevos, etc…) Un producto que sobrepase la fecha de caducidad no debe de ser consumido, ya que existe riesgo de intoxicación alimentaria.
  12. La mención «consumir preferentemente antes de…»  figura en los productos poco perecederos, como la leche o los refrescos. El consumo del producto más allá de esta fecha no supone riesgo, pero su sabor, olor, color o su valor nutritivo pueden verse alterados.